lunes, 23 de diciembre de 2013

En diferido.

Las cosas cambian.
Hoy, después de tanto tiempo aún me cuesta creer que estemos así. Parece que fue ayer cuando era una tonta creyendo en el amor. O lo que es aún peor, creyendo en tí. Han sido tantas despedidas que sueño con el día en el que decidas irte de verdad. Alejarte de mí. Aun que tengo claro tengo que eso solo será algo físico, porque no hay nada capaz en este mundo de borrarte de mi mente, de mi pasado y de mis recuerdos. Eres el tatuaje de mi vida. Es irónico, mi padre siempre me dijo que los tatuajes no le gustaban, que no me hiciese nunca ninguno, que es una marca para toda la vida, y que luego querría volver atrás pero siempre quedarán restos. Cicatrices. Ahora lo entiendo todo. ¿Por qué me hiciste esto? No consigo comprender por qué seguiste. Solo unos meses más y cuando miro atrás me veo tan cría, tan tonta, tan ingenua e inocente. Desde que pasó aquello no he vuelto a ser del todo la misma. Mis amigas me lo dicen. Sobretodo ella.Ya no puedo confiar, me cuesta creer que algo pueda salir bien. Parece que somos extraños. O niños jugando a ignorarse, a ignorar todo lo que hay detrás, todos los sentimientos que desde hace un año se están acumulando.

Y así fue como cada uno, tomamos una dirección.
Yo cogí el camino de la izquierda.
Tu el de la derecha.
Pero nos olvidamos de que el mundo es redondo.